sábado, 14 de junio de 2014

Isla, negra

El viviendo en el que conquistamos el Atlántico,
(D)suena en todas las costas
por entre las rocas,
negras,
broncas.

La piel curtida en la que nos (D)nacimos,
sintetiza intensidades,
cortada y cortante,
(D)flejando latitudes.

Aún Pacífico, nunca llega a estar sólo.
En vez de sumergirse, emerge
una espalda desnuda (G)picada
por las cerdas de la Tarantella de una cabellera pielroja.

No temas (D)cordar, Medusa, nuestra voz
pues tus fóveas invertidas no pueden petrificar
ni el embarque hacia las islas
ni nuestras manos ante los baños del (G).

No temamos amar, Medusa,
sentarnos en los arrecifes
y dejarlos llevar del pico de 877  pelícanos
¡(B) ya se unirán más!