viernes, 31 de diciembre de 2010

Sí, es por la imposibilidad de fusión

que clavo mi frente en tu vientre

e intento lanzar al viento fricciones de socorro.

- ¡Que todo calle! –

Y a mi rescate acuden sirenas sin voz,

aleteando para moverte sin conseguir acercarte.


Paso atrás,

donde el área se bebe el carboncillo en los lindares,

para poder seguir serpenteando

hacia el Sur: cuando te empiece a ver…

- ¡Que todo calle!-


Cuando te empiece a ver espero reconocerte

entre la sábanas de lino entumecida por las mareas

en tus ojos marrones

y seguir pudiendo deslizarte el párpado por mis gorduras.

-¡Que todo calle!-


…Desentelaré tus manos en su base nodriza

tú reirás (yo río contigo)…


Cuando te empiece a ver será ayer y hoy,

cuando me empiece a ver será hoy y mañana.

¡Shhhhhhhhhhhhhh! -¡Que todo calle!-

domingo, 22 de agosto de 2010

Pero te toco y no suenas...

Leo las partituras de lágrimas futuras
en notas que mis dedos ralentizan
en una ejecución plausible para una minoría
- que te incluye en sus fiestas de opio-.

La pátina perezosa gime en las cuerdas,
que aferradas al cálculo
pierden las ondas en el estucado.

No importa a los pies de qué dioses prolongue los míos
en séptimas ascendentes
que te toco y no suenas.

jueves, 15 de julio de 2010

Rosa de los vientos (A Kibo y Marta, fanales de mi noche.)

Alejaos a las doce para que no os pueda recordar hoy,

violada por las promesas de decadencia privilegiada

musitaré vuestros escombros entre la tramontana,

los míos desde el ostro

espasmódicamente

penetrarán en el olvido

donde durante nueve meses se formarán en alivio.

Ni abriré la boca ni separaré los muslos hasta que necesitéis el aire

y entre poros, oídos, narices, también recto y lagrimales

vacíen la luna de reflejo

que con fuerza de poniente despuntará las cicatrices de mis entrañas

en un alba

que levante apática otro treinta de marzo.

sábado, 29 de mayo de 2010

Historias

A las raíces se aferran con eximio deseo,

piel morena y pelo oliva;

derrame de cielo por un soplo de prisa.

Cuando remuevan la tierra aullarán su nombre

desdibujando el paisaje en círculos concéntricos

que una bandada de dardos resquebrajarán

dejando exento el núcleo, dormitando en el nido de un jilguero.

A las doce, prendidas en luna, el descenso emprenderán

y alambre de púas fundirán en Eco de villancico:

canta, oh musa, la cólera de estirpe.

Canta, oh musa, la cólera de estirpe,

canta, oh musa la cólera de estirpe,

canta, oh musa, la cólera de estirpe,

canta, oh musa, la cólera de estirpe …

domingo, 9 de mayo de 2010

May I say...

viernes, 16 de abril de 2010

Carpe Diem

De tanto procurar se me pasará la vida

Presencia, luego esencia.

Estás estancada para mi vana gloria

Ni siquiera te acepto, me añoro.

De todo lo que compartías te devolvía tu mitad,

De los llantos, de las risas, de las bromas y de la riñas.

Todos miran hacia delante. Intentando reconocer a Eurídice

yo no atravieso el umbral.

Fuimos amantes, hoy ni siquiera somos capaces de gritar.

Soy pedazos de vosotros, y mis pedazos ya no los conserváis.

De tanto procurar se me pasará la vida.

lunes, 5 de abril de 2010

5 de abril

Correría a través del viñedo hasta que mi piel cansada besara el suelo,

Seguiría corriendo sin objetivo en el horizonte atrapando todo Eco, huyendo de nada persiguiéndolo todo para huirlo en nada.

Sentiría entre las fibras de mis músculos cansados un cosquilleo deleznante tejiéndome en la hierba.

Chillaría quizá, quizá os invitaría a visitar a Miguel Hernández, a la muerte viva, al asesinato.

Dese los ojos de un gusano podría dejarme pisar por vuestros pies, quizá la falta de empatía os llevaría a evitarlo, ¡qué culpa tiene un gusano! Quizá un terrario, una flor para alegrarlo,” si no puede expresarse seguro que es lo que imagino”, una criatura agradecida.

Collage de silencios se descubre quien en silencio nace,

De la mano del viento del soplido de un alambre,

Alarga el compás con fusas.

Despega tus garras cotorra, araña a quien te dio vida,

Atraviesa el espejo empañado después de una ducha fría.

Amanecer de leche

Y nunca me lo susurraste,

De ser así me hubiese alzado,

Tuve que despedirte yo,

Y al cabo de los años,

Por la ausencia de ausencia,

Tus labios me acariciaron.

Me siguen acariciando aún,

Y nunca me lo susurraste.

El tiempo y no yo dirá si me lo robaste,

De mi mejilla no fue intención purgarte,

Quizá ahora lo recuerde, quizá el beso te lo di yo,

Quizá lo tomé creyendo que me pertenecía,

Avaro dictado el de un amanecer de leche.

miércoles, 6 de enero de 2010

5 de enero

Son las tan pocas de la mañana
agrieta el lodo y trago
para repirar, desafío desde esta,
la puerta toril, a la luz tras la ventana.

El piso hierve y se rodea
de gritos eufóricos, famélicos.
Arrojo migajas a contracorriente
y del impulso zarandea.

Mueve el aire, bravo,
pinta la emoción rojiza
que todos huelan el valor.

Muere en el aire, bravo.
Intención de forasteros
que todos sepan del amor.

A George Brassens

Me olvidas,
me haces olvidar,
en tus acordes hablan, en tus deseos juegan.
Las cinco de la tarde; un cuarto de hora de placer.
Una pelota bota en tu altar -kiosk du Musique-
un pensador reflejo de pantalla,
mientras el sol de enreda
con el viento y las hojas
yo me olvido.
Me haces olvidar,
me matas brevemente al pie de un campanario.
Son las cinco y cinco; dies minutos de placer.
La fuente escupe en cemento ameno,
en aguas zanjadas, oscuras y estridentes
en las cuales burbujas de sonidos no sobreviven a la superficie.
No te oigo y me pierdo,
se olvidan,
me haces olvidar.
Son las cinco y diez; cinco minutos de placer.
Se cae el patinete en la hierva, rompe tallos;
punta de aguja en piel muerta
descúbreme las huellas
que los ponys siguen bailando a tu alrededor.
No colorees tanto, traza dibujos, tíntame, no veo.
Me olvidas, me haces olvidar.

Senador (sauce llorón fuente original del Sena)

Copos de cal por aire al vacío deshelados en el Sena,

sótano de paz, tiempo infernal.

Troncos desnudos desplegados en comunidad de cabezas

consciente sólo el sauce de sus raíces suspensas.