Y nunca me lo susurraste,
De ser así me hubiese alzado,
Tuve que despedirte yo,
Y al cabo de los años,
Por la ausencia de ausencia,
Tus labios me acariciaron.
Me siguen acariciando aún,
Y nunca me lo susurraste.
El tiempo y no yo dirá si me lo robaste,
De mi mejilla no fue intención purgarte,
Quizá ahora lo recuerde, quizá el beso te lo di yo,
Quizá lo tomé creyendo que me pertenecía,
Avaro dictado el de un amanecer de leche.
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