Son las tan pocas de la mañana
agrieta el lodo y trago
para repirar, desafío desde esta,
la puerta toril, a la luz tras la ventana.
El piso hierve y se rodea
de gritos eufóricos, famélicos.
Arrojo migajas a contracorriente
y del impulso zarandea.
Mueve el aire, bravo,
pinta la emoción rojiza
que todos huelan el valor.
Muere en el aire, bravo.
Intención de forasteros
que todos sepan del amor.
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